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Rompiendo paradigmas: emprendamos desde la ciencia

Tips para emprender

Publicado el 12 de septiembre del 2014 por Emilia Díaz

Este artículo es vivencial de una de nuestras ganadoras Jump Chile 2012. Se imaginan una chica de 23 años emprendiendo desde la Biotecnología en Chile? Lean a Emilia y verán que es posible.

Fundar una empresa de biotecnología en Chile puede ser el mejor acierto o el peor error de tu vida. Por una parte, durante los últimos años nos hemos convertido en un paraíso emprendedor, llegando a estar en el número 20 en el ranking de “World’s hottest startup scenes” publicado por Entrepreneur. Somos el único país de Latinoamérica que alcanza a aparecer en la lista, lo que a juicio personal encuentro bastante impresionante, considerando que Chile tiene uno de los índices de inversión en R+D+i más bajos de la región.  

Pero por otra parte, este “Paraíso Emprendedor” tiende a acoger proyectos de desarrollo notablemente rápido (más conocidos como apps), dejando a la biotecnología y otras ciencias en segundo, tercer y hasta cuarto plano. De hecho, según el acta de desarrollo científico para Chile 2014, la biotecnología ni siquiera se consideró como categoría temática de investigación para este presente año. Sabiendo todo esto, ¿por qué a alguien se le ocurriría fundar una empresa de biotecnología en nuestro país?

Posiblemente porque es emprendedor, y por definición está loco.

He pasado por lo que se les ocurra en el proceso de crear mi empresa. Como emprendedor, uno se acostumbra a que te juzguen por todo: carrera, manera de hablar, look, ingresos, etcétera, ah y quizás en algún momento, tu proyecto. Pero como emprendedor científico, o más específicamente como bioemprendedor, aparecen factores que comienzan a pesar más que otros, y que muy fácilmente pueden hundir a gente como yo. Tengo 23 años y congelé mi carrera el 2013 para poder desarrollar el proyecto que tenía entre ceja y ceja: crear una empresa de R+D+i en biotecnología que proveyera al mundo de ciencia hecha en Chile.

En un principio, nadie me tomó en serio. Como estudiante, uno pensaría que al menos tuve el apoyo de mi facultad, pero nadie es profeta en su tierra. Ser joven y traer un nuevo enfoque a la mesa no funciona en biotecnología como funciona en computación. Y es incluso peor si eres mujer. Puede que estemos en la frontera del conocimiento en rutas metabólicas y biología de sistemas, pero la ciencia aparentemente aún no se ha logrado despojar de sus prejuicios sexistas sobre la mente femenina.

A estas alturas quizás creas que escribí esto para disuadirte de seguir tu sueño de innovación desde la ciencia. Pero la verdad es que si logras sobrevivir el golpe inicial y atraviesas la superficie, lo que hay dentro no te decepcionará.

Durante los últimos dos años, respectivamente del Emprendimiento (2012) y de la Innovación (2013) un número impresionante de concursos y oportunidades de financiamiento han surgido prácticamente de la nada. Nuevas empresas de biotecnología y otras ciencias fundadas por estudiantes o recién egresados están comenzando a llenar la escena nacional, al fin diciendo a la masa estudiantil del país que sí, que es posible. La gente joven con ideas nuevas está siendo tomada cada vez más en serio en el ámbito de la innovación, y proyectos de estudiantes de pregrado se están tomando tan en serio como los de un post doctorado.  

Cualquiera con una buena idea y una voluntad de hierro puede acceder a financiamiento público. Grandes empresas están comenzando a abrir sus puertas para que estudiantes con más entusiasmo que cualquier otra cosa les “pitcheen” sus proyectos. De súbito, un futuro cercano con ciencia nacional, y especialmente biotecnología nacional, suena más que posible de la mano de la ciencia joven.

Pareciera como si, poco a poco, nuestro país se está dando cuenta que cualquiera puede tener una idea capaz de cambiar el mundo – incluso una chica de 23 con una minúscula empresa de biotecnología en el fin del mundo llamada Kaitek Labs, www.kaiteklabs.com

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